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La Banda Unión Musical de Meaño en plena preparación. | // T.H.
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La obra de eficiencia energética del pabellón de deportes de Meaño se ha topado con dificultades a la hora de su ejecución. Y es que el proyecto, adjudicado a finales de octubre a la firma Gallaecia S.L. y sujeto a un plazo de ejecución de dos meses, aún no ha comenzado.
Dos son las dificultades que afloraban ya en el pasado mes diciembre, en un encuentro de comunidad escolar, empresa y regidor sobre la pista del pabellón.
De una parte, que se hace necesaria la colocación de una grúa de grandes dimensiones para poder actuar sobre el tejado, cuya ubicación o vuelo afectaría al recinto del propio CEIP As Covas; y de otra –y ésta más complicada–, el cómo proceder con el amianto del pabellón, con 40 años de vida, y que se proyectaba encapsular pero no retirar.
En aquel encuentro la comunidad escolar hacía partícipe al regidor Carlos Viéitez de la necesidad de, en caso de ubicar la grúa en el recinto escolar, se haría preciso un permiso de Educación. Y, por otra parte, bien se radicara la estructura dentro o fuera del recinto, su vuelo afectaría al patio, lo que haría necesario un plan de seguridad ex profeso para esa grúa.
Cuestión más delicada es la del amianto. En base al proyecto redactado, el alcalde Carlos Viéitez explicara en pleno, cuando su aprobación en la sesión de hace justo un año, que se encapsularía el amianto. Para ello se procedería habilitando una sobrecubierta encima de la actual, pero sin retirar la uralita existente.
La labor se acometería en base a paneles sándwich de chapa y aluminio, con espuma de poliuretano en su interior. No obstante, la firma explica que se haría precisa una labor de manipulación del amianto, riesgo para la salud sobre el cual advertía la comunidad escolar.
La cubierta de uralita del pabellón del CEIP de As Covas data de inicios de los años 80, habiendo superado con creces los 30 años de vida útil del material, a partir del cual, más afectado por roturas, empieza a considerarse un riesgo para la salud.
Fue a inicios de este siglo cuando, debido a la proliferación de goteras, el Concello de Meaño, con Jorge Domínguez como alcalde, optó por disponer una segunda cubierta, pero sin retirar la anterior.
La situación se complica ahora con la nueva ley, vigente desde abril de 2022, la cual obliga a los ayuntamientos a tener localizado el amianto existente en sus edificios públicos.
Por esta razón, antes de abril de este año 2023 los concellos deberán tener elaborado un censo de instalaciones y emplazamientos que contengan amianto, incluyendo además un calendario que planifique su retirada, la cual debe ejecutarse antes de 2028. Un censo que ya en su día solicitara la formación Meaño Independiente a modo de moción, asunto que el regidor desestimó entonces desviándolo a ruegos.
A la hora de desmantelar el amianto, la norma establece priorizar las actuaciones, atendiendo al grado de peligrosidad y exposición por parte de la población más vulnerable.
Tan solo se contemplaría una prórroga sobre ese 2028 en casos muy justificados, pero, en lo que a situación de población vulnerable se refiere, la población infantil y, en consecuencia, los centros escolares, estarían dentro de esa prioridad.
La retirada del amianto era ya obligada en España siempre que estuviera en mal estado, o en el caso de construcción o rehabilitación.
La normativa establecía también que su retirada debía estar siempre contemplada en los presupuestos de rehabilitación, factor éste que deben tener en cuenta las administraciones públicas a la hora de sus actuaciones.
Y la retirada del amianto no se fijaba para el proyecto de este pabellón meañés, redactado en 2021, y que fuera aprobaba en enero de 2022 por la corporación, cuando la oposición manifestaba ya entonces dudar sobre mantener o no el amianto.
La Banda Unión Musical de Meaño estrenó su nuevo local de ensayo, habilitado por el ayuntamiento sobre el escenario de la Praza do Concello, con su cierre perimetral ahora finalizado. Lo hacía en la noche del viernes, en su ensayo semanal, cuando se trasladaban atriles, sillas e instrumentación pesada a este nuevo local dispuesto por el ayuntamiento meañés. Un local que salía a licitación hace justo un año, con un plazo de ejecución de cuatro meses y que hacía prever que estaría listo para el pasado verano, pero que al final se dilató en el tiempo. Con la remodelación del escenario se gana así un espacio cerrado de 210 metros cuadrados. Para ello se dispusieron un cierre metálico en base a perfilería de aluminio más cristaleras, a modo de estructura corrediza en los tres laterales que estaban abiertos, a fin de que el espacio habilitado pueda disponerse como abierto o cerrado según las necesidades. El cierre se complementó además con la dotación de cortinajes acústicos de diverso gramaje en todos los laterales, techo acústico, calefacción y disposición de nuevas luminarias. El objetivo, conseguir un espacio sonoro, térmico y luminoso en condiciones. Amén de ello, se procedió en la rampa de acceso a la reparación de la barandilla de acero inoxidable y se dotaba el interior de extintores en un armario metálico. Debajo de este escenario seguirán operativas las instalaciones de la Escuela Municipal de Música de Meaño, donde se contaba hasta la fecha con un local de ensayo de apenas 100 metros cuadrados, que hace años se había quedado pequeño para una banda que aúna a un centenar de músicos, y al que se pretende dar comodidad con este nuevo local. Durante la pandemia se optó por el pabellón de deportes de Xil y luego por el alquiler del salón de actos de Bodegas Vionta en Simes para poder mantener la banda su actividad, y a fin de mantener las distancias implementadas por la COVID.
De partida, la obra de eficiencia energética del pabellón de deportes de Meaño contaba con una inversión de 450.462 euros, de los cuales la Diputación aportaría 360.320 euros y el concello, los 90.080 restantes. No obstante, la Corporación aprobó solicitar de la Diputación a través del Plan Concellos 2022-2023 una subvención por valor de esos 90.080 euros, por lo que será el dinero del órgano provincial el que, en la práctica, financie la obra en su integridad. En cualquier caso, la situación acabó por complicarse con el encarecimiento de precios de los materiales, lo que obligó al concello a inyectar más dinero, y así, en julio de 2022, la cifra de la obra se elevó 503.790 euros.
Amén de actuar sobre la cubierta del pabellón, el proyecto contempla mejorar el sistema de aislamiento en ambas fachadas, remodelar vestuarios y aseos, y renovar fontanería y tubería de saneamiento. Además, se eliminará un graderío que existe por poniente, a fin de facilitar accesibilidad del público al resto de la grada, pudiendo circunvalar la cancha. Finalmente el graderío restante se dotará de madera laminada para asiento del público, retirando las 400 butacas de plástico que existen.
En la práctica se trata de enésima remodelación que conoce este pabellón en los últimos años, amén de otras anteriores e inversiones añadidas para tratar de solventar problemas endémicos de base: 21.000 euros que se emplearon en la disposición de las butacas que ahora se retiran, y 6.387 euros para dotar de una capa de cemento hidrófugo la pared interior de todo el perímetro del pabellón, debido a las filtraciones, ambas actuaciones realizadas en 2016. Además, en 2018 se destinó una partida de 7.348 euros en mejorar el drenaje y el saneamiento exterior de pluviales para evitar filtraciones que asomaban sobre todo por naciente. Y en 2019, se invirtieron 45.564 euros más para dotar el pabellón de una cancha de caucho sintético sobre la de hormigón pulido que existía, caucho donde se puso más aún evidencia los problemas de condensación y filtraciones que ya acusaba el pabellón polideportivo.
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